miércoles, 11 de junio de 2008

Por primera vez en una cueva

Mayito era un niño como de 12 años, vivía en la ciudad y le encantaba la naturaleza, estar en contacto directamente con ella y cuidar de los animales y las plantas. Frente a su casa había un parque, y a un costado de este, una vieja iglesia. Mayito tenía muchos amigos, pero los más cercanos eran Alberto, Manolo, Roberto y Manuel; eran sus compañeros de aventuras.

En la imagen ves un dibujo de cómo supuestamente era el Megalocnus rodens del cual habla el Abuelo Andrés en este cuento.

¿Dinosaurios en el cayo?

Aunque durante muchos años has estado oyendo hablar de la Isla de Cuba, el país como tal no es una isla, sino un archipiélago, formado por la “isla grande”, del Cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí y más de 4,000 islas, islotes y cayos. Es más, te diré algo, algunos de los llamados cayos, como el Romano, es más grande que muchas de las islas de las Antillas Menores, como Granada, Barbados y otras.

A la izquierda, como ves, una ranita y a la derecha, la iguana cubana.





viernes, 6 de junio de 2008

Barbarita y el Tomeguín del Pinar

Todos los años mi nieta Barbarita esperaba con ansias a que llegaran las vacaciones para ir para mi casa, la de sus abuelos, en una finca al borde de un hermoso bosque, cerca del río y de un cerro que le gustaba escalar en compañía de sus amigos. Este año no era diferente, ya desde antes de que terminaran las clases, Barbarita había ido preparando su maletín, en donde no podía faltar su diario, algunos libros que quería leer en estas vacaciones y su libro preferido —La Edad de Oro.
A la izquierda, la tomeguina, y a la derecha, el tomeguín del pinar (ilustración de Román F. Compañy).



La familia de Doña Jutía Conga

Estaba el sol en lo alto del cielo cuando Doña Jutía Conga regresaba de casa de su comadre, Doña Jutía Carabalí. Venía con una cesta pues su comadre le había dado de ese majarete que solo ella en toda la zona sabía hacer tan sabroso. A todos en casa les gustaba mucho, por lo que Doña Jutía Conga iba muy contenta, meneando la corta cola, porque quiero decirles que de todas las jutías, esta es la que tiene la cola más corta.

En las siguientes fotos podrás ver: una jutía conga, una abeja y algunas mariposas cubanas.



















El papá embarazado

Lo más probable es que cuando lean el título seguramente piensen que el Abuelo Andrés se volvió loco, o que se trata de un chiste o de una película de ciencia ficción. Pues les diré que nada de eso, no es ningún chiste, sino que tengo un cuento bien serio y el título es verídico.

A la izquierda, un guaicán y a la derecha, un caballito de mar; más abajo, una morena a la izquierda y un pez puercoespín (o pez globo) a la derecha.





















El murciélago desconocido

Era el mes de agosto y me encontraba yo viviendo en esos momentos en Pinar del Río. Mi nieto Guillermito estaba en casa pasando sus vacaciones. Yo había andado y desandado esos montes que conocía desde niño, y siempre que mi nieto pasaba días con nosotros, me acompañaba a todos los lugares pues le encantaba la naturaleza y disfrutaba extraordinariamente cuando yo le enseñaba los nidos de cotorras, de zunzunes, de tomeguines, cuidaba conmigo de los pichones cuando era necesario. Lo mismo caminaba junto a mí por los montes, que recorríamos juntos el valle a caballo. Les diré que yo disfrutaba tanto como él.

Aquí te muestro dos fotos de murciélagos, que aunque no es la especie de la cual habla el Abuelo Andrés en la historia, al menos tendrás una idea de estos animales. Porque claro está, los dibujos no tienen por qué ser exactos.






lunes, 2 de junio de 2008

El animal que tenía miedo

Atardecía, e iba yo caminando por el bosque rumbo a casa cuando en una rama de un árbol que aún me quedaba un poco lejos, vi dos aves de espaldas a mí. Una era de color marrón oscuro con manchas blancas y la otra, más pequeña, era de color marrón con rayas blancuzcas. A medida que me iba acercando, las iba reconociendo, eran dos sijúes que estaban conversando: Carlos, el Sijú Cotunto y Pedro, el Sijú Platanero. Los sijúes son aves que están emparentadas con las lechuzas.
A continuación, primero verás al almiquí (dos fotos) y más abajo, el sijú cotunto (a la izquierda) y el sijú platanero (a la derecha). [Las ilustraciones de los sijúes son de Román F. Compañy.] Debajo de los sijúes, tienes al majá de Santa María.

































domingo, 1 de junio de 2008

El manjuarí explorador

Lo que te voy a contar me lo dijo Don Manuel, un manjuarí amigo mío un día que fui de paseo a la Ciénaga de Zapata. Allí me puse a conversar con unos cuantos manjuaríes y algunos cocodrilos cubanos, me hicieron muchos cuentos y uno de ellos lo voy a compartir con ustedes hoy.

Te muestro dos fotos del manjuarí primero; más abajo, hallarás una estrella (a la izquierda) y una biajaca (a la derecha); y por último, un cangrejo.























La jicotea que quería estar boca arriba

Estando en la región central de la Isla, una mañana, después de muchos días de lluvia, incluso hasta el amanecer, el cielo se vio bien azul, apenas sin nubes y un bello arco iris lo cruzaba; entonces decidí dar un paseo por los mogotes de Jumagua, pues me encantaba disfrutar de la naturaleza que en primavera nos hace sus mejores regalos.

A continuación verás una foto de una jicotea cubana.

¿Totí o chinchiguaco?

Hace muchos, pero muchísimos años, en un bosque muy lindo en la parte más occidental de la Isla de Cuba vivían muchos animales. Todos se llevaban bien y se ayudaban unos a otros. Pero …, como casi siempre hay un “pero”, había un ave llamada Gavilán Colilargo que no sé qué le pasaba, pero sentía envidia de todo y le gustaba enemistar a unas aves con otras. Ya en una ocasión había provocado que se peleara el Cernícalo con el Gavilán de Monte, pero la sabiduría de la Lechuza había logrado resolver el mal entendido.

A la izquierda, el totí, mientras que a la derecha, el chinchiguaco. Más abajo, el gavilán colilargo y los monos cubanos.
























Los gorriones eran blancos

Quiero contarles, pequeños, que hace muchos, pero muchos años, los gorriones eran blancos, blancos como la masa del coco. ¿Lo sabían, amiguitas y amiguitos?

En esta foto tienes a un gorrión, y fíjate bien, y podrás decir si es un gorrión macho o un gorrión hembra.

A continuación, en este orden: Juan Chiví (izquierda), tocororo (derecha) , mayito (izquierda), colibrí (derecha), cotorra (izquierda), halcón peregrino (derecha), el carpintero churroso (izquierda) y el negrito (derecha).





















































La ranita enamorada

Érase una vez una linda lagunita en forma de media luna rodeada de altas hierbas donde vivía toda una familia de ranas, desde los abuelos hasta los más pequeñines. Cerca había otras lagunitas donde también vivían muchísimas más ranas.

A la izquierda, tienes la foto de una ranita cubana y a la derecha, de un sapo.

La cartacuba triste


Como casi todos los sábados temprano en la mañana cuando iba a casa de mi compadre, debía vadear el río para un poco más adelante, poderlo cruzar por el puente de madera. Desde que tengo uso de razón utilizo ese puente que mi papá ayudó a construir, y debe de ser por eso que me gusta tanto.